Actividades acuáticas en Murcia
Han sido unos días de una intensidad bárbara y con momentos especialmente emocionantes y mágicos. La despedida da buena muestra de ello. Entre medias ha habido otros que no se han quedado atrás. Hemos intercambiado experiencias y sentimientos que nos ha nacido querer compartir. Minuto a minuto, rotación a rotación, 24 horas al día. Buf!!!
Los críos se han dado cuenta que no necesitan realmente muchas cosas. Móvil y televisión han quedado a un lado y han ocupado su lugar la imaginación, la actividad compartida, la ilusión, el tesón por intentar vencer límites, el orden y la disciplina.
Los críos han sido en todo momento generosos, muy generosos. Nos han confiado sus miedos y temores, sus dolores físicos y emocionales, sus enfados y sus momentos de frustación. En cambio, y al mismo tiempo también nos han regalado su sonrisa, su inocencia, sus secretos y sus ilusiones. Nos han transmitido su YO más personal e íntimo, han confiado y se han entregado. Buena prueba es, repito de nuevo, la pureza de ese abrazo final. Me sigue asombrando esa naturalidad con la que se expresan y comparten contigo.
Todo ello crea vínculos potentes que harán que Todo lo demás fluya de manera más suave, intensa y fortalecida. Soy afortunado por tener la oportunidad de seguir siendo testigo directo de todo esto que ahora relato y de la satisfacciones que me aporta. Como si fuera el primer día. Esta borrachera de emociones me sigue asombrando y sorprendiendo.
A quien corresponda...GRACIAS.